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domingo, 30 de octubre de 2011













¡Saludos a la comunidad del Colegio Agustiniano Cristo Rey! iniciamos la presentación por esta ventana de las guías para los varios talleres, en una visual cómoda que esperamos puedan manejar, imprimir a gusto, y es una hermosa, genial, y riquísima pieza bailable la que nos servirá a todos  para desarrollar la noción de tocar en conjunto y poseer la visión total de una obra pudiendo apreciar el buen acabado de cada tema, así lo llamamos y no frase, que pudiese ser por su brevedad, pero su gracia y elocuencia musical rítmico melódica, nos recuerdan el tino de los poetas de muy pocas palabras y aspavientos; es algo pues abierto a la sana diatriba. El autor, Crescencio Salcedo de origen colombiano, autor también de "Se va el Caimán" no deja atrás los piropos que querramos usar, les compartimos un fragmento tomado de un portal de Radio Nacional de Colombia:


Salcedo, nació en Palomino, Atlántico. Fue hijo de agricultores; un campesino con una enorme capacidad melódica. Son suyas composiciones como La Múcura, Se va el caimán, Santa Marta y Cartagena, el Cafetal y muchas otras.
Al leer su biografía (Crescencio Salcedo: mi vida, libro escrito por Jorge Villegas y Hernando Grisales en 1976, año en que murió este compositor) pareciera que el mundo material poca importancia tenía; su música surgió de caminatas por la zona bananera del Magdalena, de reuniones con amigos en plazas de pueblos y ciudades como Barranquilla. Salcedo anda descalzo para, según dicen, sentir la fuerza de la tierra. Eran años en los que para muchos hacer música no era asunto de negocios; era pura vitalidad interior.
Salcedo tuvo algunos bienes en algún momento, como lo cuenta la historia de la canción del año viejo que el mismo relata. Sin embargo, para sorpresa de todos los que cada año nos conmovemos con la canción que suena cerca de las 12:00, murió en la miseria, deambulando por la calles de Medellín, en 1976. Posiblemente, si hubiera recibido las regalías que le correspondían por cada una de las veces que se las emisoras transmiten su canción o que un intérprete la canta, su muerte se hubiera dado de una manera más digna, acompañada del reconocimiento de una nación entera que se conmueve con cada uno de sus versos.
Crescencio murió en la soledad, al igual muchas otras figuras célebres; no dejó un testamento pero sí una significativa herencia.  Por el, por el año que pasó, proponemos un brindis acompañado de las memorias que el propio Salcedo dejó como recuerdo de los hechos sencillos y reveladores que inspiraron su canción:
“Es un motivo completamente joven, a pesar de ser tan viejo, por el origen moral que hay en esto: reconocer el valor de nuestra descendencia. Nunca se puede olvidar a lo viejo. Porque de lo viejo viene nuestra descendencia. Si vamos a olvidar a lo viejo, a los viejos, estamos olvidando nuestra descendencia y, quizás algo muy lastimoso para nosotros, sería desconocer el Dueño y Señor del mundo que es el más viejo de todos.
Esto sucedió de un hecho, no de un decir, no de metáforas o mitologías. No, esto es un hecho. Pues tuve "mi chiva", pues tuve "mi burra negra", "mi yegua blanca" y "mi buena suegra", en el momento que recogí el motivo, precisamente a la entrada del año nuevo. No me llamaba la atención el año nuevo. Porque eso que venía no me traía nada. Todavía no había demostrado nada. No me había entregado nada. En cambio, el viejo, que iba a salir, me dejaba muchas cosas, pero muchas cosas, aun hasta experiencia para levantar los pies mejor, para no trompicar tanto que es lo importante.
Como tenía la chiva, la burra negra, la yegua blanca y la buena suegra, como tenía esa finquita en la montaña, como habían tantas morenas para mí (ya que me enamoraba de ellas o ellas se enamoraban de mí) ... Cuando la gente trataba de animarme para esperar a lo nuevo, tuve que decirles:
¡Hombre, puede venir luego como quiera: Cuando lo analicé así, les dije al pueblo a los míos, que a mí nada me importaba lo que entrara momentáneamente; yo seguía estando con los viejos. Porque de lo viejo ya estaba disfrutando, y seguiría disfrutando porque ya lo tenía en mis manos; en cambio, lo nuevo no sabía qué me traía.


y para los tecladistas, aquí está su participación, y pronto montaremos úna versión del tema ¡para que afinen la interpretación !













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