INSCRIPCIONES ABIERTAS , talleres Y SESIONES INDIVIDUALIZADAS... y ONLINE musicapicara@gmail.com

miércoles, 22 de julio de 2009

link recomendado

http://elcuatrovenezolano.com/
un excelente esfuerzo de divulgación

lunes, 6 de julio de 2009

todos pueden hacer música


La primera reflexión que quisiera compartir, en base a la labor docente venida ya desde hace casi dos decadas, consiste en desmontar el paradigma sobre el "talento privilegiado" para tener la posibilidad de estudiar música. Tal idiosincracia la debemos al recurrente academicismo que, en mi parecer, distorsiona la verdadera virtud del conocimiento, aquella de hacer accesible a toda persona la riqueza cultural y lograr motivarla hacia la consecución de sus mejores logros en tal aspecto.

Los conservatorios, instituciones para el aprendizaje de la llamada música occidental, heredados de europa, enarbolaron el modelo del músico "virtuoso", por ende, para optar a un lugar en tales escuelas se hacía imprescindible el aprobar una prueba, para unos muy fácil, para otros, de cierta dificultad y hasta insuperable ,donde se denotaba su percepción rítmica y melódica, tal como imitar unos golpecitos sobre un escritorio o reproducir en forma afinada el fragmento de una canción. A aquellos que tenían algún inconveniente, los descartaban sin mayor oportunidad.

Evidentemente que existen y han existido lumbreras en todo ámbito, y ello es todo un misterio de la genética, en lo personal, me parecen geniales Luis Laguna, compositor venezolano a quien relaciono con Johann Sebastian Bach en su belleza melódica, Otilio Galíndez, a quien rendimos tributo ahora que es tan sutil como su música, cuya poética la asociamos con Chopin y Ástor Piazzolla, y tantos más, pero la música es un fenómeno tan ancestral y profundo que no puede considerarse como su cima, la expresión occidental europea, a toda esa música la renovaría bastante el fabuloso ingrediente rítmico que han producido sin conservatorios las gentes de nuestros pueblos. El oído musical, se desarrolla. Esa ha sido mi experiencia, y negarle a una persona la posibilidad, en sus condiciones y originalidad, de sentirse "musical", es uno de los mayores desmanes que he contemplado en diversas instituciones, carentes de un enfoque múltiple, sencillamente sesgados por su orgulloso modelo anglo, germánico, francés y otros.

Entender las diversas manifestaciones de la música, y proporcionar a una persona la manera ideal, según sus particularidades, de disfrutarla y cultivarla, es algo que hasta se debe reclamar y puntualizar. La fiesta, la celebración, el jolgorio, que se realizan con cantos comunitarios, e instrumentos muchas veces improvisados, son un legado ancestral y patente que siempre puede brindarnos una energía afirmadora de la vida, es el testimonio de Zorba, aquella exquisita y tierna película, y que en nuestro caso latinoamericano lo identificamos en las diversas manifestaciones afro, o incluso en esa mixtura llevada a ser patrimonio intangible de la humanidad, como lo son los Diablos Danzantes de Yare, del Edo. Miranda en Venezuela. Esta intensidad rítmica no descarta los melodismos profundos, de líricas entendidas, que como hemos dicho son expuestos por poetas como lo es Otilio, y que se pierden en tantos cantos de trabajo, tonadas de ordeño, elegías y loas al fin y al cabo. Y por supuesto, la heredad ancestral indígena, que viene a dislocar todos nuestros preámbulos y estipulaciones convencionales de la música. Oliver Messian, compositor francés del pasado siglo, desarrolló todo un sistema musical basado en la transcripción de los cantos de los pájaros de su región, así todos poseemos nuestra propia sonoridad y lenguaje musical, que sin complejos debemos reconocer y si tenemos empeño, como Messian, registrar y ejercitar, en razón de los tantos beneficios que nos proporciona y podemos proporcionar al cantar, bailar, o interpretar con toda la plenitud posible cualquier instrumento, por último les comparto mi propio paradigma de creación, con el cual poder buscar y encontrar una obra de arte, hecha con las manos, la voz, o cualquier material, el último ingrediente es verdaderamente un privilegio, pero de estar desarrollado los dos primeros, merece respeto todo quehacer. Una obra de arte, debe observar tres aspectos:



* TRABAJO

* CONCEPTO

* POÉTICA